26.4.07

Vaharada -dióxido- IX

Vendedores callejeros
de vidas bajas en nicotina,
nos ofrecen seriamente
la posibilidad de ser incalculables.
Se desviaron esos tiempos
en los que creí en ellos,
o desee creer.
Sus ojos de cristal
eran pantallas
donde reflejar el paraíso.
Plástico reciclado.
Botellas retornables.
El sol deshojando
una margarita...
El mar...
Ahora, simplemente,
puedo dejar de aspirar
el vaho de la dignidad.
Ahora, simplemente,
no los distingo.

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