22.2.07

Vaharada -dióxido- I

Al final... la misma piel
en identidad no sinónima,
pero débil.
Cómo alcanzar el título gubernativo,
expedido por la universidad de lo absurdo:


1º Mentiras (para encubrir la fría realidad
del pavimento de la calle)


2º Homicidio (enarbolar un cadáver
en nombre del amor o la justicia)


Porque las flores sin olor
brotaron en cestas renegridas,
junto a dedos con pigmentos de escasez.
Porque cualquier trozo de tiempo,
es un eslabón
reforzando la cadena de la desnudez.
Porque hincarse de rodillas
no impresiona a nadie hoy día.
Porque dejé de amar
hace muy poco.

Vaharada -oxígeno- IV

Me excita el rastreo del tiempo.
Más allá de este calor,
la boca seca.
Merece la pena el cielo,
la espera del oasis.
Merece la pena
mientras haya momentos de ser.
Aléjate del sabor
narcótico
del padrenuestro.
Tengo que escapar.
Olvidar el rayo.
Ahora,
que decido dejar de perder
mi vida.

Vaharada -oxígeno- III

Cuando te evapores,
los cantos de angustia nivelarán el daño
con la falta ineludible,
sobre la báscula del delirio.
Ya no sé
si el destino fue un par de alas
gélidas.
Se acaba el tiempo y encuentro pedazos
en cada ángulo de este túmulo.
Porque a mí me toca
ser justo y ejecutante.
Porque soy yo quien sangra
y extraña a ese del espejo
que calca mis muecas.
Porque necesito firmar
un acuerdo con mi materia.
Reclamo el pretexto
para salir a volar,
dilatar la luz
y hundir mis marcas en el acantilado.

Vaharada -oxígeno- II

Esta incertidumbre
me arrima al misterio ingenuo
de la tormenta.
Trueno en mis manos.
Relámpago mi voz.
Necesito conceptuar
la placa de piel
de este recuerdo.
Modelarlo en celuloide,
tallarlo en celulosa,
grabarlo en cada célula.

Vaharada -oxígeno- I

Somos catálogos
sin certificado técnico.
¿Intuyes las advertencias
y esquelas olvidadas?
Las partículas de creación
se extinguieron
pegadas a mi látigo umbilical.
Aparece el espacio.
Lo interpretan mis ojos y mis pies
en un formato irreconocible.
Tal vez similar a una traducción de aire
ubicando el círculo de alojamiento.
Preludiando el combate
que divide mi soberbia
y revela el futuro que muerdo.