26.4.07

Vaharada -dióxido- VI

Un cúmulo de ojos,
desgastado sobre la acera,
sospecha del incipiente vacío
que deambula apático.
Acechándome.
Intentando envolverme
en su aliento pertinaz.
Pero ya me asimiló
esta suma contrahecha
que se hace llamar ciudad.
Ya no juego.
No me resisto.
Solo pido no preguntar.

No hay comentarios: